Bolivia en la pandemia, una gestión culposa

La fuerza de la vida puede ser la capacidad de adaptación y evolución que se aprende de la contrariedad y del infortunio, desde el primer instante de hálito de vida, todos los seres vivos deben combatir su entorno y forzar sus capacidades de resistencia para sobrevivir, los seres humanos hemos sido hábiles en ello, pero no lo hemos logrado solos o aislados, es esa capacidad de convivencia entre nosotros , de la organización solidaria o común, lo que nos ha permitido y dado una ventaja para conquistar el planeta, pero también hemos causado genocidios, entre estados, entre culturas, entre creencias , entre hermanos, entre nosotros, darnos cuenta de los culpables, tarde o temprano, es también una ventaja de supervivencia.

Nos hemos organizado en estados y países en varios tipos de regímenes a cargo de un grupo que detenta el poder y les hemos delegado aspectos como la economía, la seguridad y la salud bajo un imperio llamado Ley, hoy nos enfrentamos a un infortunio natural que nos somete a una emergencia sanitaria de impensables y duras dimensiones, una pandemia mundial donde los gobernantes de los países son responsables de la gestión y contención.

En Bolivia a cargo está un gobierno transitorio, producto de una crisis política, que tenían la tarea desde hace más de 4 meses de bajar la incidencia y el impacto de este infortunio, no les pedimos nos den la cura y solución, no les pedimos nos bendigan o nos alienten, no les pedimos nada más que una buena, eficaz y sobre todo una gestión empatica y leal, porque ante todo es su deber sin embargo los datos, los hechos, nos están mostrando que el desastre y descontrol ya han tocado al país, el gobierno transitorio no lo ha logrado porque se ha dedicado a tratar de sacar un rédito político por encima de un bien mayor que es la vida, lo peor es que existen indicios que no solo ha sido ineficaz e inoperante sino que se han aprovechado de manera imperdonable de la situación para sacar una ventaja económica corrupta, no han cumplido el deber que tenían encargado y por ello los decesos serán mayores, algo tan básico como la dotación de respiradores para dar esperanza de vida para aquellos que pasen a la etapa mortal de los síntomas del COVID-19 , no lo han hecho y la macabra estadística nos anuncia muchas muertes que no serán solo un número frío estadístico, bajo la lupa de la ley serian:

Si la muerte se produce como consecuencia de una grave violación culpable de los deberes inherentes a una profesión, oficio o cargo, la sanción será de reclusión de uno a cinco años. ARTICULO 260 HOMICIDIO CULPOSO, Código Penal (Bolivia).

Y claro la culpa se puede ampliar también a los que estuvieron los últimos 14 años y los que estuvieron los anteriores 30 también, pero fueron elegidos en las urnas se votó por ellos, en cambio por los actuales no, por eso podemos culpar al actual gobierno con toda legitimidad.