El diario de mi madre

Subí al desván y detuve la mirada en un viejo reloj de pared anclado en las siete. Había un baúl cubierto de polvo por el paso del tiempo. Lo abrí y encontré recuerdos de mi madre: algunas joyas, ropa usada, montones de libros y lo que parecía ser un diario.
Comencé a leerlo con curiosidad. Las letras que su mano empuñaron y fueron clavadas en el papel ahora me pertenecían. Sus sentimientos quedaron impregnados en la tinta. Sus vivencias eran mías. Al final del diario había una rosa blanca aplastada, seca y olorosa. Entonces fui al jardín y arranque otra. La coloqué junto a la de mi madre y cerré el diario.
Ahora nuestras vidas permanecerían siempre unidas. Miré a mi reloj y marcaba las siete. Entonces una cálida brisa entró por la ventana y sentí que ella estaba allí, junto a mí.

2º Premio en el Concurso de Microrrelatos de Roa (Burgos) España   en 2018

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