Aún en estos días, me sigo cuestionando, si llegaste antes o demasiado tarde.

Ante los ojos de los demás quizá apareciste en el momento equivocado.
Para mí, puedo decir hoy. Que haz llegado en el debido momento.

Llegaste para llenarme de todo el amor que había dejado pasar.
Llegaste para medir mi fuerza y exigirla día a día.
Llegaste para devolver el brillo, el matiz que cubrió el contraste, de mis decisiones desertoras.
Llegaste y me cubriste entre tus brazos. Fuiste tú quien me demostró el verdadero calor.
No fui yo.
Llegaste y desde entonces, la dicha no me ha sido ajena.
Y aún con los días en que el enojo me supera.
Tú, sabes bien como devolverme a ti.

Tus reacciones espontáneas, tu elocuencia, tus creativas conversaciones, las canciones que inventas y las historias que dibujas en tu mente. Son todo lo que está bien, son todo lo que hago bien.

Es todo lo que tengo.

«Por que esta vida que era solo mía, pasó a ser tuya desde que llegaste a ella»

La cita perfecta para que logres entender, que no eres tú quien depende de mí, que soy yo la que no vive sin ti.

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