La gente de los pueblos lejos de cualquier ciudad sobrepoblada se juntan, y este chico debe aprovechar su noche. En la portada, la inspiración de esta narración.
Esta ciudad al lado del mar aviva en mí sentimientos encontrados. He nacido aquí pero ya no reconozco las calles por las que corría de niño. Son desesperanzas aferradas al pasado; una sensación incómoda que me obliga a regresar al pueblo pues allá a la vida se le puede llamar vida.
Entre pinceles y acordes, Martín y Clara, dos almas creativas en un pequeño pueblo, descubren que su amistad de toda la vida evoluciona hacia un amor profundo. A través de la música y la pintura, encuentran una conexión única que los lleva a enfrentar la vida unidos.
A veces no hacemos lo que creemos desear, es más, cuánto más sigues los pasos para conseguir un objetivo más te acercas al opuesto. Es lo que le ocurre a nuestra protagonista una mujer que quiere huir de su pueblo y de todo lo que significa ser de pueblo.
Una entrañable floristería recién abierta en mi pueblo Sant Feliu de Codines y la impresión que me azoto al saborearla desde el corazón. Escrito que rezuma misticismo por los cuatro costados, reconozco que no hacia falta. Pero lo escrito escrito está, ale.