Encender el televisor y saber de antemano las malas noticias. Tener miedo y pararnos uno junto al otro. Vernos a los ojos un momento y sonreír. Abrazarnos con ganas y sentir en nuestros cuerpos una tranquilidad, que sabemos momentánea. Querernos tanto. Escuchar de fondo promesas vacías y sentir los números caer hasta lo más profundo....
Estar poseído por ambas paradojas me ha convertido en ese muerto viviente, que por la mañana siente un morir aparente y que por la tarde estando muerto solo quiere ser un vivo intransigente.
NO DIGO NO PORQUE QUIERO, TE DIGO NO, PORQUE ME CANSE DE SER PERMISIBLE Y QUE ME HAGAN DAÑO, DIGO NO, PORQUE ENTENDÍ QUE LA PRIORIDAD SOY YO, DIGO NO, PORQUE YA EL MIEDO NO PUEDE CONMIGO DESDE AHORA ME LIBERO DE TODO LO MALO,.. NO ES MALO DECIR NO… HASTA AQUÍ Y TE DIGO...