Un ruido sin reverberación. Así se escuchó. Y atrás la gente, llevándose las manos a la cabeza. Se mató, dijo alguien. Hubo un grito o gritos. Cuerpos jóvenes e intrépidos se lanzaron al agua. Ya era demasiado tarde: la sangre se perdía entre las piedras del río. El chico tendría unos diez u once años....
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