Cuando eras niño, tu valor no tenía un precio. Tu valor era inherente. No tenías que hacer nada para que tus padres te amaran o para que tus amigos quisieran jugar contigo. Simplemente, eras. Pero en algún momento, el sistema se coló en tu vida y empezó a susurrarte una mentira peligrosa: tu valor tiene...
Seguir leyendo
19
1