Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón pero el mal tiempo no se lo permitió. Así que no le quedó más remedio que quedarse en el bar del hotel. Allí si que pudo tomárselo, es más, lo hizo en buena compañía. Al final el viaje al que le había enviado la empresa no iba a ser tan horroroso si podía coincidir más días con aquella persona. Estuvieron toda la noche hablando, conociéndose, y quedando para la noche siguiente para seguir haciéndolo. Él ya estaba pensando un plan original con el que disfrutar.
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