Su barba y su melena expuestas al viento, se sentía libre, en un viaje sin precedentes.

Decidió irse lejos y dejarse llevar por sus pasos, lo dejó todo e incluso dejó de pensar, tan solo le acompañaba la dulce sensación del instante presente, de sentir de vivir de una forma consciente, con su propio ser. Concentrarse en su interior para transmitirlo al exterior, pero por una vez en su vida primero se llenaría de amor incondicional él y luego compartiría desde la plenitud de la paz interior a los demás.

Muchos lo imitaron y por fin el mundo cambió.

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