Su barba y su melena expuestas al viento…
está en el Caribe… pesca tiburones…
El viajero abre los ojos, el barco se convierte en camilla, la melena en calva, el horizonte marino en puerta de quirófano. Entra una enfermera a cambiarle el catéter.
El viajero cierra los ojos, continúa sus narraciones, eslabones suaves, pensamientos inmensos:
Su barba y melena expuestas al viento…
pilota un biplano sobre el Paraná…
cae en paracaídas desde el Salto-Ángel…
galopa las planicies de Nebraska…
escala Benbulben…
Abre los ojos, la enfermera le ve la mirada brillante, «¿qué hago?» murmura.
Sin respirador, él gritaría «¡señorita… viaje… viva…!»
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