Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón. Su billete de vuelta se quedó sin usar. Me había abandonado. Se suponía que la intención del viaje a Cuba, era para liberarse unos días de su rutina, pero no para cambiar de residencia de buenas a primeras y dejarme aquí. Sé que a veces puedo agobiar, pero yo le he dado todo lo que es hoy. Dice que allí se siente libre, libre de horarios y de estrés. Dijo que no volvería porque la isla le había rescatado. También dijo que yo teniéndolo todo como capital Cosmopolitan le estaba ahogando.
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