El ya estaría tomándose un daiquirí en el malecón con María, su novia, de no ser porque lo retuvo un policía. Acercándose a la ventana del coche le comentó que le había seguido desde que rentó el auto en el aeropuerto porque conducía de forma extraña.
- He tenido un largo viaje y no he dormido bien –
- “otro infectado”- reportó el gendarme por la radio– coloque su móvil en ésta bolsa.
Se lo llevaron unos paramédicos astronautas. Su enamorada que lo esperaba se sintió abandonada y nunca se enteró.
Para desaparecer las infecciones están a la orden del dia.
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