Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón y yo metido en un furgón camino de Soto del Real.
Dos días antes, al entrar en su piso, todas aquellas hojas en la papelera con pruebas y más pruebas de mi firma. Y mi DNI desaparecido.
De vuelta a mi casa ya me estaban esperando. Estafa. ¿Cómo explicarles que el estafado era yo?
Años vendiendo falsos planes de pensiones que terminaban en mis cuentas de Suiza. Años tramando una escapada juntos. Parece que al final decidió viajar solo.
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