El veintidós ya es historia; todos le decían una y otra vez a Claudia, estaba claro que para ella no significaba lo mismo. Aunque habían pasado ya muchos años, cada vez que llegaba esa fecha celebraba estar viva, sana y completa porque venía a su mente el recuerdo del colectivo que había pasado por encima de su cuerpo atropellándola; del cual terminaba de bajar. Milagrosamente, solo tuvo unos cuantos magullones que con un doloroso tratamiento de cinco años logró curar. Por eso siempre agradecía la vida.
Roxana
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