—El veintidós ya es historia —dice, rígida.
—No, si tú con tal de romper o gastar… —dice apretándose en su asiento.
—¿Pero sabes de que hablo?, idiota —dice mirándole de lado.
—Qué más da, querida. Sea lo que sea, no es mal número. Ahora, a por otro, que los impares son mejores—dice mirando, indolente, al techo.
—¡Vaya! El señor está sarcástico. ¿Qué novedad! —dice con forzada suavidad.
—No, amor. Tú con los números eres única —dice retorciéndose las manos.
—El ventitrés —murmura, rabiosa, mirando el mojón pasar a través la ventanilla.
…y en unos lejanos nubarrones negros estalla un rayo.
OPINIONES Y COMENTARIOS