El veintidós ya es historia, querías formar parte de mi, como un tatuaje que no se puede borrar.
Nadie te dijo «si quiero» en un altar.
Mirarte a los ojos tan cerca, sentirte respirar, desear a tu lado viajar, si me hizo soñar.
Volví a nacer un veintidós, la enfermedad me susurró, mientras vivas nunca estarás sola, allá donde vayas, viajaré contigo, y no me pude resistir.
Así que sin querer queriendo, mi historia termina y empieza un veintidós.
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