El veintidós ya es historia, para mi persona.
Fue justamente un veintidós de Septiembre, hace ya bastantes años, cuando celebré mi casamiento.
El cielo nos obsequió con un azul intenso, mientras un sol resplandeciente nos condujo con su luminosidad y a través de hermosas y verdes montañas, hasta la Iglesia de Amasa en Villabona.
Fue un viaje corto, pero para mí con toda seguridad, el más feliz de mi vida.
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