-El veintidós ya es historia. Decapiten a ese incosciente limpiabotas y hagan venir al número veintitrés, aunque intuyo que también procede de Villaespesa… Nunca se ha conocido gracia ni simpatía alguna por esos lares. Bien sabido es también, mis queridos consejeros, que el cuidado de las reses les aturde el intelecto al tiempo que marea a los presentes. Veamos pues que nos ofrece este malnacido para rescatar las sonrisas muertas en este palacio. Que comience el número veinticuatro…
-Sí, majestad, pero soy el veintitrés.
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