El veintidós ya es historia, al igual que el veintitrés, el veinticuatro y el veinticinco. No importa qué día sea, lo que importa es el hoy.
Vivir la vida como si fuera un viaje único, irrepetible. Disfrutar del canto de un gorrión. Extasiarse con el aroma de una flor. Escuchar atento una alegre canción. Deleitarse leyendo un buen libro. Valorar cada nota, cada inspiración. Sentir entre los dedos la rugosidad de cada hoja de papel. Apreciar cada amanecer y valorar el ocaso.
Ese es el viaje más económico y el más valioso.
Hay que atreverse a SER.
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