A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir pero lo que más le apena es no poder regalar ninguna.Tener siete vidas es tener más de un as en la manga.
La naturaleza se apoderaba de aquella porción de cristal mientras él acariciaba el lomo de Mila al ritmo del traqueteo del tren. Aquella belleza tan inusual la hacía sentir como un humano con síndrome de Stendhal.
Iban a ver a la família de Jose.No los veía desde el matrimonio con Antoine,su difunto marido.
Había perdido la partida.
La enfermedad le invadía y quería pedirles que cuidaran de Mila.
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