Al final del día
A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir; fue lo que parecía decir Estela, al alejarse con cadenciosos movimientos de cadera.
Su lugar nunca estuvo aquí, aunque todo el barrio la conocía. Ella solía decir que su entorno, eran las antiguas y sinuosas callejuelas que acompañan el tiempo de la Catedral.
Recuerdo, que primero leí la novela, luego soñé con esas calles, pero sólo viaje hasta allí, cuando mi hermano me envió una fotografía del mismo lugar que mucho antes soñé.
Al final del día, tengo muchas cosas que me unen a ella.
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