A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir, antes de estirar la pata. La primera se le fue sin darse cuenta, con las prisas de juventud. En realidad, no recuerda que ocurrió en el segundo asalto, pero sabe con certeza que su tercera existencia se marchitó por culpa de un gato enfermo.

Si el refrán no se equivoca, todavía le quedan cuatro oportunidades más, y las quiere aprovechar de veras. Aunque no le importaría seguir quemando cartuchos, pues mantiene algunas balas en la recámara. Y la leyenda cuenta que existen ejemplares con una vida extra.

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