¡Hasta con GPS me pierdo!

¡Hasta con GPS me pierdo!

“A esta gatita le quedan muchas vidas que vivir y batallas que librar.” Gatita, me decía mi tío Manuel, refiriéndose al color de mis ojos y mi carácter.

Me heredó su finca, en el valle del Tiétar.

Llegando a Candeleda, una ladera tapizada de flores violetas me cautivó;caminando me aventuré por senderos escarpados.

Aun perdida, me sentía como en mi tierra.

Un presentimiento me hizo voltear hacia atrás;y ahí, sobre un pequeño puente, estaba él. Su presencia me envolvió.

— ¡Hola, soy yo! ─grité — ¡La chica del avión!

Mi corazón galopaba. ¿Cómo podía amarlo? Ni siquiera sabía su nombre…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS