A esta gatita le quedan muchas cosas por vivir.

Caliente la cabeza en las alturas.

Humilde templanza,

la del sabio.

Errada la prisa,

en los labios.

Inocente la dulzura desmedida.

Inútil la ira, en mal talante.

Aparente ternura, la gatuna.

Lidiar la torpeza, la bravura.

Virtud, en el ceder.

A lluvias torrenciales,

fuego apagado.

En la duda,

como en certeza,

nunca perder la cabeza.

Por nimia la causa, mejor sea bien fundamentada.

Derrama caridad

ante el obtuso.

No por ciego el mendigo se tropieza.

Mientras más alta la montaña, más claro el abismo.

El viaje no

sea todo

un espejismo.

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