Te regalé una bonita sonrisa de joker esperando que te creyeras mi farol, el treinta y ocho todavía humeaba después del sexto y ultimo disparo.

-¡Valentina tira tu arma! ¡Te apunto al corazón! –

– ¿Crees que no sé contar? ¡Estúpido hombre! -. Contestó.

La noche era fría y lloviznaba, mi brazo empezó a temblar.

– Siempre supe cuándo me engañabas-. Añadió ella.

Y empezó poco a poco levantar su brazo apuntándome.

Se escucharon dos disparos, y tendidos en el barro se arrastraron hasta cogerse de las manos.

Alguien apareció desde las sombras y riendo dijo:

-Buen viaje al infierno.

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