Te regalé una bonita sonrisa de Joker mientras sacabas el bolso con la poca ropa que trajiste en este fugaz intento de empezar una familia. Okey, no fue posible. Somos diferentes. Qué imbéciles. Tú y yo, creer en las patrañas de un modelo que sólo se sostiene con sacrificio, altruismo y dinero. Vete tranquila. Yo aquí seguiré intentando ganar concursos literarios y vender mis cuentos en las ferias culturales. Iluso, continuaré luchando contra los fantasmas del fracaso mientras te dedico este microrrelato.
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