Te regalé una bonita sonrisa de Joker. Mis intenciones más perversas. Bajo el manto de las estrellas a gritos te bajé la luna y apagué la luz. El cielo entre mis piernas y tú el paraíso, juntos descubrimos un infierno del cual no poder salir. Allá donde el fuego quema arrasando cualquier vía de escape. Juro y prometo no dejar que te escapes, que la noche sea eterna, que jamás vuelva a salir el sol. Que no se acaben los amaneceres que nunca llegan, que nadie nos traiga de vuelta, que nuestro barco zarpe, que se vuelva hogar este viaje.
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