Te regale una bonita sonrisa de joker, cuando me contaste que te habías perdido desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde cuando fuiste al museo del Louvre por subir al tercer piso a ver los objetos del antiguo Egipto sin avisar al grupo de excursionistas al que pertenecías y estos se habían ido a Versalles y anduviste caminando por las calles y luego en el metro de París sin saber hablar francés ni inglés, para comunicarse con al gente, para llegar a Versalles, hasta que por casualidad pudo regresar al hotel donde te hospedabas.
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