Te regalé una bonita sonrisa de Joker aunque no pudiste verla, tan ocupado estabas haciéndote un selfie con la costa de fondo. Había ahorrado más de dos meses para darte esta sorpresa. Siempre hablabas de un crucero para relajarnos y ser nosotros mismos. Ya sé que no te gustan las alturas y sin querer elegí el cuarto piso, mejores vistas. A mi tampoco me gusta estar a tu lado con el alma e vilo cada noche. Bueno, cada uno tiene lo suyo ¿no? Ven asómate por aquí, no tengas miedo a las alturas, yo te sujeto…

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