Te regalé una bonita sonrisa de jocker. ¡Qué idiotez! Esa palabra tan absurda, y todo por una maldita película de Hollywood, y para mi gusto horrorosa. ¿ Y qué te regalé? En el fondo una sonrisa como la del maldito personaje. Tan falsa como tú. No dirás que no fue todo un detalle envolver el juego de cartas en un bonito papel de regalo.
María Dolores Cano Menár
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