Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro que al menos tú también estabas allí.
Que aunque todo se acababa y el viaje de mi vida llegaba a su fin al menos pagarías con tu vida el daño causado.
Apreté fuertemente la pistola contra tu sien y tú pisaste el acelerador.
Siento tu rabia y me produce una satisfacción loca, un órgasmo que eriza todo el vello de mi cuerpo y me provoca un temblor extremo.
Jamás pensé que el último tramo de mi vida me haría sentir tan bien…
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