Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro que si aceleraba a fondo lo cruzaría sin sentir nada. Estaba dispuesto a hacer todo lo que ella me había dicho para estar de nuevo juntos. Porque sé que lo dijo, la vi, ¡estoy seguro que la vi!… y la escuché.
Pisé el acelerador con toda la fuerza que mi pierna podía soportar. Antes del impacto grité su nombre. Y aunque ahora todo es oscuridad sigo esperando que me conteste.
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