Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro, que a diez km por hora, no tendría éxito en mi intento de suicido. ¡Mierda! ver sangre me desmaya, le temo a las alturas, la falta de oxigeno me desespera, ni siquiera las pastillas son útiles, el solo pensar en verme todo cagado encima, me hace desistir.
Me bajé del vehículo, aún en movimiento, absolutamente decepcionado.
¡Maldita sea! creo que tendré que seguir viviendo.
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