Lástima que no haya billetes para maniquíes, sería fabuloso llevarte en al asiento del tren a mi lado para que todas las personas puedan contemplarte con el mismo embelesamiento con el que lo hago yo. Me digo a mí mismo para justificar mi soledad durante las tres horas de camino que estoy por recorrer, Me niego a llevarte en la zona de carga, como a cualquier objeto inerte, tu mereces un mejor trato que ese, tomaremos un camión aunque el viaje sea más largo, podremos hacerlo divertido como de costumbre, yo platico y tú me escuchas, tan atenta como siempre.
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