– Lástima que no haya billetes para maniquíes.
-¿Te refieres a mi?
Iba preparado de arriba a abajo con ropa, calzado y accesorios tecnológicos varios como si fuera a explorar un un continente entero después de arrasar el Decathlon.
-Tampoco quedan billetes para ti, que parece que vienes de comprar leche en el super- dijo mirándole con desdén.
-Si, pero equipado con lo único que importa, ganas auténticas de viajar. ¿Buscamos billetes para otro destino?
-Hecho.
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