– Lástima que no haya billetes para maniquíes.
– No estarás pensando en llevarla contigo, al principio todos entendimos que era por tu bien, para ayudarte en terapia, pero eso de que vaya con nosotros a Arkansas, no lo voy a permitir.
-Supongo que tienes razón mamá, pero no soportaría perderla de nuevo.
– Entiende hijo, Ana lleva muerta ya un año, este maniquíe aunque se le parezca, no va a reemplazarla.
– Podría desensamblarla y…
– ¡Basta!, no dejaré que te vuelvas loco como la ultima vez.
– Ella era mi esposa…
– Ella está muerta, yo… la maté.
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