Lástima que no haya billetes para maniquíes, porque ésta sería una opción, mi hermana pudiera llevar uno en mi reemplazo, mientras llegó a verte.

No creo que te dieras cuenta, finalmente soy de pocas palabras y a ti no te importó mucho mi silencio constante.

Dirías quizá, que estoy demasiado delgada y pálida, pensarías que me hiciste falta en este tiempo.

Mentiría si dijera que no, ahora mismo me siento profundamente sola en este viaje inesperado y tardío.

Extrañé tu caspiroleta y el ponche de huevo que me hacías para hacerme fuerte…

Ahora madre, no queda mucho tiempo.

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