Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro:
– Cuánta gente hipócrita estará en mi funeral.
Cada segundo que transcurre es perpetuo y la incertidumbre del «que vendrá», se ha vuelto sumamente insoportable.
Mis hijos crecerán sin su padre, eso realmente me aterra. Decidí que éste sea un viaje sin retorno, y el porqué de mi decisión es irrelevante.
Quisiera por última vez oír sus voces.
Todo es confuso, escucho pasos, gemidos y alguien lanza una súplica.
La brisa otoñal me recuerda los veranos de niño en que abrazaba la libertad.
Sólo quisiera por última vez oír sus voces….
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