Lástima que no haya billetes para maniquíes… quizá pudiese enviar los que ensombrecen mis recuerdos, mostrándome lo que fui y no quise ser.
Quizá, como sólo a veces me sucede en sueños, emergiera exultante de proyectos y, ¿por qué no?, tomara mi maleta y comenzara un viaje a no importa qué lugar ni cómo.
Quizá aún pueda…
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