Lástima que no haya billetes para maniquíes, en cambio no importó que viaje a mi lado una muñeca hinchable, un poco rara esta compañía de autobuses, curiosos viajeros y normas, me pondré música e intentaré dormir.
-Señor ¿Me cambia el sitio?
– ¿Tiene que ser ahora?
– Si, me bajo en quince minutos.
Mi intención solo era no parecer un solitario, pero soy muy educado y le cedí mi sitio.
Ahaaaa, Huuuu, sisisisisi.
Volví a mi sitio, en la siguiente parada.
– ¡Lorena!, ¿Que te hizo ese salvaje?
– Calla Tontín y sigue con tu Blues.
Próxima parada Las Vegas.
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