Lastimá que no haya billetes para maniquíes, pero eso no quiere decir que no lo quiera comprar, por que en su mirada de un simple maniquí, reflejaba desesperacíon.
Más bien pareciera que desearía dejar, de ser tan solo un objeto inamovible, por eso hice lo posible por comprarte, pero en el momento que tenía el dinero en mano, ya te habían vendido, y me dije así mismo…
«Esto no es posíble, tengo que hacer algo para encontrarla».
Después de varios dias, al fin la pude comprar, me sentí feliz y la mantuve siempre conmigo, como si fuera una persona.
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