En esta maleta no cabe casi nada. ¡De cuántas cosas la llené! Algo para vestir, un libro, risas, lágrimas de adiós, abrazos… momentos de cada lugar que visité y los sueños de aquellos que no conocí ¡Tantos recuerdos! La dejaré, pero desbordada de prodigiosos cielos, de la magia de caminar descalza por playas de arena blanca, de leer en las noches más oscuras y con los ojos cerrados, el poema de amor dormido aún en algún lugar.

Allá, en la rama más alta, un ave abre sus alas para largarse a volar libremente, sin tristezas, sin nostalgias, sin maletas…

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