Lástima que no haya billetes para maniquíes. Seguro que te ahorrarías una pasta. Esa escuela ha hecho maravillas. Ha convertido al monstruo de Tasmania en un muñeco de cera. Con un peinado bonito y un lacito de color llamativo, puede que salga finalista en el certámen. Tiene buenos genes, le viene de casta. Ese porte no puede surgir de la nada. Ahora que viaja tranquila, no deberías desaprovechar esta oportunidad y presentarla a la mayor cantidad de eventos que puedas. Esta perrita se ha convertido en un reclamo.
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