En esta maleta no cabe casi nada. Está llena de planes para nuestro viaje a Alcudia, ¿lo recuerdas? Sus callejuelas medievales y los tenderetes con productos artesanales te habían cautivado. En tu cabeza habías encajado cada detalle como si de un rompecabezas se tratase. No te gustaba el turismo al uso. No eras de playas critalinas ni de tostarte al sol. Te encantaba perderte en los pueblos absorbiendo su esencia como uno más de sus vecinos. Quién iba a pensar que aquel conductor borracho se daría a la fuga dejándote con un hilo de vida en aquella cuneta. ¡Maldito sea!

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS