En esta página descubrí que las palabras formadas por letras tenían significado, y me hice lectora.
En ésta, que tenían historia, y me supe filóloga.
Leí, crecí.
Trabajé. En el mundo de la palabra, la edición, la creación.
Escribí. Mi único lector, un buen amigo, me sugirió presentar mis textos a un poeta y crítico estimado, que me aconsejó alguna corrección y me animó a publicar.
Fuentetaja me estimuló a leer, dando, y a escribir, recibiendo.
Hoy, un micro. El próximo paso, el taller.
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