Llega la noche y con ella una sombra llena de recuerdos, intentas esquivarla, pero golpea incansable tu memoria, llenando de ansiedad el delirante equilibrio de tu mente. Escuchas el silencio, cargado de voces lejanas, que como afilados cuchillos rajan tu piel como jirones, desangrándote sin piedad hasta el último pensamiento y es ahí donde descubres, que solo en el taller de la escritura puedes curarte de este tormento.

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