¡Fantasmagórica mi historia!. Hace dos semanas estaba hablando con mis amigos, que son escritores de historias de terror como yo y decidimos hacer un taller literario en unas cuevas, alejadas de la gente y el ruido. En las cuevas nos fuimos adentrando hasta que la oscuridad nos consumió y allí cada uno contó su historia escrita para nuestro encuentro. Lo que no sabíamos era que los personajes de nuestras grotescas novelas cobrarían vida allí mismo.¡No queráis saber sobre lo que escribí yo!.
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