Toda la juventud ocultando sentimientos, que se fueron durmiendo.
Luego me maltrató la vida, como a cualquiera.
El error fué tomármelo a mi manera, desesperada, hundida, eternamente dolida.
Cuando por fin me decidí a expresar lo que sentia, resultó que ya no sabía, las palabras no salían.
Pensé que necesitaba una ayuda y me apunté a un taller de escritura creativa,¡¡¡ Que bonito!!! pensé, y me sentí viva.
Y sentí miedo de dejar a mi compañera,la amargura, y jamás fui al taller de escritura.
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