Existen dos tipos de personas, los que llevan consigo la resistencia y los que se desvanecen ante un problema. Mi abuelo me decía que el padre de su padre, en su juventud, era minoría quien se dejaba derrotar y justificaba su cobardía con «No hay empleo», eran pocos los que dejaban atrás los recuerdos y abrían camino hacía la imprudencia. Ahora, muchos años después, mi abuelo no está para contarle que esa minoría se volvió mayoría y que la cobardía de dejar su país se ha vuelto una prioridad.
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