EL REY QUE VINO A CONQUISTARNOS

EL REY QUE VINO A CONQUISTARNOS

" SEÑOR QUICHI"

10/10/2018

Viajó un día, a nuestro planeta, el Rey del planeta Zar, ubicado en lo más lejano del universo, aquel Rey era muy pequeño, se asemejaba a un pulgar, el planeta de él se parecía a la tierra ¡Pero en pequeñito! Hasta allá había llegado el rumor, de que la tierra tenía las mismas condiciones de vida que su planeta, lleno de curiosidad y orgulloso como era, un día dijo a sus súbditos (cinco en total) ¡Iré hasta la tierra, y la conquistaré! No necesito que nadie me acompañe, yo solo me basto y sobro, para tan insignificante tarea, cuando por fin logró aterrizar solo encontró nubes de polvo, y desechos de lo que en otra hora estaba lleno de vida ¡Ya nada existía! edificios, casas, y todo lo construido por el hombre, yacía en ruinas, el mismo hombre se había encargado de destruir.

— ¡Óh que decepcionado estoy! yo que había planificado entrar en batalla, y conquistar este planeta, pero solo he encontrado desolación.

De pronto miró a lo lejos algo que se movía, era un ave, ¡La única sobreviviente!

Aquel Rey quedo asombrado ante el tamaño de esta ave, era más grande que él, es más, era más grande, que los cinco árboles que había en su planeta, al acercarse al ave, el Rey exclamó.

— ¡Ponte de pie vasallo, tu Rey ha llegado!

El ave en su agonía sonrió, y dijo.

— Más que rey, pareces un bicho, que fácilmente me lo podría devorar.

— ¡Insolente! tú rey te ha pedido algo, cumple, o atente a las consecuencias.

—No me hagas reír, tú no podrías hacerme ni cosquillas.

—Insolente, ¡Te perdono la vida, solo porque me has caído bien!

— Mejor cuéntame pequeño Rey, a que has venido a este planeta extinto.

— ¡He venido a conquistarlo!

—Pero aquí ya no existe nada, ni nadie, yo soy el único ser que ha sobrevivido.

—Hasta mi planeta llego rumores de que este lugar, es igual al mío ¡lleno de vida!

— ¡Era maravilloso! Hoy solo quedan escombros.

—Y quien fue ese ser irracional, capaz de exterminar su propia tierra.

—El mismo hombre se encargó de su propia destrucción ¿Deseas sobrevolar conmigo y mirar lo que queda?

— ¡Claro! ¿Pero existe algo que mirar?

—Por supuesto, existe mares, ríos y montañas, llenos de belleza, que desde hoy serán solo para nosotros, y nuestro disfrute, ven sube a mi espalda siéntate, que volaremos y te haré conocer lugares maravillosos, que el hombre no supo valorar.

¡Volaron muy alto! Aquel pequeño y diminuto rey, solo pensaba en lo maravilloso que es este lugar, y lo irracional que fue el hombre, al causar su propia destrucción, conoció todo, y al final dijo.

“El hombre era tan irracional, que no hizo falta que llegue a declararle la guerra, ellos solos se aniquilaron»

—Ven ave del cielo, viajaremos hasta mi planeta, aunque tendrás que volar siempre, porque mi hogar es pequeño, pero nosotros sí sabemos cuidarle, porque es nuestro único y hermoso planeta.

«SEÑOR QUINCHI»

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